Justo ahora que mi frustración toca los niveles más altos dentro de mí, me doy cuenta que esta se convierte poco a poco en tristeza y desesperanza! Me doy cuenta de los sofismos que el gobierno declara, repetitivos, cíclicos, como ustedes les quieran llamar. Es este sentimiento “dado a luz” por las palabras aviesas del gobierno lo que me empuja a pensar en una posible independencia del estado, y al pensar esto, me siento como un extremista con ideas “daltónicas” que al grito de -independencia!-, será ignorado como aquel que grita en las esquinas “El Fin esta cerca, arrepiéntanse!”. Sin embargo, al roce social, me doy cuenta de que este atávico sentimiento de libertad está dentro de los corazones de muchos en este estado desde hace mucho tiempo. Este laico sentimiento que no conoce clase sociales y que muy dentro del corazón se encuentra en pugilato con nuestro instinto de supervivencia.
Y mientras este “pleito callejero” se da dentro de nosotros el gobierno sigue orillándonos a tomar actos pensantes poco convenientes para la supervivencia. No somos una ciudad grande para nada, aproximadamente 1.3 millones de habitantes más los que se internan temporalmente en nuestra ciudad, ya sea con el sueño de migrar al vecino país del norte o conseguir un empleo temporal para mandar dinero al centro del país. Pero viendo el problema de cerca, nos damos cuenta que no tenemos centros deportivos suficientes ni centros culturales, si acaso, hay 6 o 7 entre teatros y museos, incluso la educación es difícil ya que no hay suficientes escuelas para dar abasto a los miles de estudiantes que intentan hacerse de un futuro. Tristemente muchas escuelas primarias y secundarias trabajan en salones improvisados, apenas se puede creer que hace algunos años la vitalicia presidenta del sindicato de maestros regalo camionetas de lujo a algunos de sus más allegados colaboradores y acá en una de las ciudades industrializadas de México no hay salones ni pupitres para estudiar dignamente. Por esto no es raro que 6 de cada 10 jóvenes entre 12 y los 17 años no estudian ni trabajan.Un estudio de la ONU indica que los jovenes ya no piensan en el futuro y que si los niños de latinoamericana permanecieran un año más en la escuela, el índice de homicidios se reduciría en un 30% y estos podrían pensar en un mañana. La juventud en nuestra ciudad no piensa en el futuro, está muy preocupada pensando en sobre vivir en este caótico país que se desmorona como castillo de arena en playa. Así es por demás sencillo ser seducido por ideas criminales y todo tipo de vicios. Bajo estas circunstancias un teléfono celular y $500.00 son más que suficientes para llevar a este joven-niño a la perdición. He aquí la importancia de una reforma educativa de raíz soterrando a su vez, los vicios de un sindicato de maestros que tiene más funciones políticas que docentes.
Hasta ahora, hemos dejado de lado los terribles atentados contra las garantías individuales y la libertad de expresión quedan plasmados como advertencia a la ciudadanía en los homicidios de líderes estudiantiles universitarios, maestros y reporteros. Es aquí donde deberíamos realmente poner los ojos, no es posible que se lacere de esta manera a la ciudadanía. Es como una orden de “Cero educación y cero libertad de expresión!” derechos individuales que deberían ser intocables por criminales y gobiernos. No cabe más prudencia, no hay espacio ya para la indiferencia, es tiempo de que nos proclamemos seres humanos antes que nada y luego hombres libres y con derecho a la vida.
Camino por las calles de mi Cd. Juárez y todo lo que encuentro es desempleo, desesperación, molestia, angustia y temor por lo que sucede. Apenas salgo de mi casa, un sonido me aterra a mis espaldas, para mi tranquilidad es solo un hombre en una motocicleta sencilla y una caja térmica sujetada en la parte de atrás. Me ofrece 2 pizzas por $60 miserables pesos. Veo su rostro impaciente y su sonrisa temerosa ante una probable agresión mía, sentimiento que apenas unos segundos me abandono. Yo trato de calmarle con una sonrisa y hurgo en mis bolsillos sin encontrar nada, y le digo – ahora no, no traigo cambio – la vergüenza que me da no traer ni un cinco y peor aun saber, que estoy desempleado desde hace un año. Me siento terrible al dejar ir a ese hombre sin poderlo ayudar, sin poder aliviar su angustia por ganar el pan de ese día. Pero aun y cuando lo pudiera ayudar comprándole, nunca tendré suficiente dinero para ayudar a miles y miles de empresarios y comerciantes que viven lo mismo día a día.
En los últimos 3 años han cerrado más de 8 mil negocios por no tener ventas y/o las extorciones que están tan de moda. Animales, son solo animales que buscan saciar una interminable sed de poder y dinero sin importar el daño que causan a la ciudad. De hecho me retracto, los animales no comen más de lo que necesitan, estos despreciables seres antisociales y enfermos no tienen llene, no piensan, no ven mas allá del presente. Porque habrían de hacerlo, si después de todo hoy puede ser su ultimo día en esta tierra, si después de todo, cuando chicos, estaban más preocupados por sobrevivir que por pensar en un futuro, si cuando chicos no estudiaron después de los 12 y un plato de comida y un auto fueron suficientes para vender su alma al diablo.
Alguien dijo Ciclos?
El Insurgente
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